martes, 21 de febrero de 2012

1ª RUTA LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO

Con este sugestivo llamamiento nos reunimos este sábado pasado más de treinta ruteros mayoritariamente de la zona centro pero también llegó algún otro amigo que estaba a más de 400km. de su casa.

El "culpable" de esta reunión es Víctor, otro incansable amante de viajar en moto, que a través de una famosa red social nos convocó a todo el que quisiera acompañarle en una ruta por la sierra madrileña para desconectar de la rutina diaria.

Esta vez el grupo de amiguetes dispuestos a pasar un bonito día motero lo componemos José Pedro, Antonio y como nuevo invitado, Jorge, con una flamante VFR 1200 en color rojo ferrari y que por culpa de las modernidades técnicas actuales, se la entregaron sin maneta de embrague y sin palanca de cambios.



Como si hubiéramos alcanzado la cima del Everest junto a Jesús Calleja, posamos los expedicionarios.


El punto de encuentro es el motero bar de la Cruz Verde en el que poco a poco nos vamos congregando los asistentes.


El día que tenemos por delante no podría estar mejor elegido, sol en el cielo y restos de las últimas nevadas adornan la cima de la sierra.


Además de la pasión por la moto, nos une la pasión por viajar a cualquier destino imaginable dentro de este límite.



Invitado especial a esta ruta sabatina es Ian Coates que si buscáis en internet alucinareis con la historia que tiene a cuestas este hombre a lomos de la veterana e indestructible Africa Twin que ha elegido para su viaje.


Como datos básicos tengo que contaros que tiene 69 años, que lleva 13 años dando la vuelta al mundo, su moto lleva 460.000km junto a el, acompañándole fielmente, estos días está recorriendo España junto a Víctor, todo lo que necesita lo lleva encima, no sigue un rumbo ni un horario marcado, es el paradigma de motero viajero.



Super amable, muy sencillo, puedes hablar con el tranquilamente, es muy accesible y siempre hace un esfuerzo por hacerse entender y por entender a quien le pregunta.

La foto junto a tan viajera moto se hace obligada..



Poco a poco vamos juntándonos en la explanada del Puerto de la Cruz Verde y el parking se nos va quedando pequeño por momentos.




Antes de iniciar la ruta conviene engrasar la cadena de la moto de Ian y no faltan manos para ayudar a levantar los mil kilos que pesa la moto (por lo menos), y engrasar bien la cadena.




Todo a punto y todos preparados para disfrutar de la ruta, de las curvas, del paisaje y de la compañía de Ian.




Mas de treinta motos, algunos acompañados de pasajero, hace que la comitiva se estire bastante a lo largo de la carretera.

Esta fue la ruta elegida y que tanto éxito tuvo por aunar paisaje, curvas, buen asfalto y una temperatura impropia para el mes de febrero.



Como buenamente pude, fui sacando unas fotos de la ruta para que podáis compartir conmigo lo bien que lo pasamos por estas carreteras serranas.







Incluso pasamos por zonas en las que todavía quedaban restos de las últimas nevadas, que hicieron necesarias las cadenas para pasar por estas carreteras hace unos días.



Cuando se juntaban las zonas con restos de nieve con las zonas húmedas y todavía a la sombra de los arboles, no te creas que lo pasaba muy bien, se me erizaban los pelos de la espalda y se me cerraban aun más, orificios indecentes en mi cuerpo.





Bajando altura y metiéndonos en el interior del valle la temperatura sube lo suficiente para que no quede ni resto de nieve.



Parada de reagrupamiento en las Navas del Marques, parece un atasco en hora punta, el primer atasco conocido en las Navas del Marqués, pero no hizo falta avisar a Policía Local para deshacer tal "amotonamiento".



Desvío para seguir con la sesión de curvas y más curvas, paisaje y más paisaje, disfrute y más disfrute.




Utilizando una expresión que he escuchado mucho en las retransmisiones de las carreras ciclistas, esta si que era una bonita "serpiente multicolor" trazando curvas a ritmo ligero pero dentro de la coherencia de gente con muchos kilómetros de experiencia y que no tienen nada que demostrar.









El solitario pino nos mira con envidia de no poder desprenderse del suelo que le sujeta y montar en una de nuestras motos para curvear junto a nosotros.


El Puerto de Arrebatacapas (vaya nombrecito que tiene el susodicho) pone un alto en el camino para comentar entre nosotros lo bien que nos lo estamos pasando.




La parada sirve para echar unas risas y aprovechar para sacar las cámaras de fotos y disparar a todo lo que se mueva.

La reunión ha servido para volver a ver a viejos amigos que hace unos cuantos años no veía, como a Agustín y Pilar, o para conocer a nuevos amigos a los que el único contacto hasta ahora que tenía con ellos era a través de los foros, como es el caso de Raúl y su mujer.


Las charlas y las risas no pueden durar todo el día, HEMOS QUEDADO PARA MONTAR EN MOTO, así que nos volvemos a organizar para retomar la ruta.



Una vertiginosa bajada por la falda de la montaña nos llevará hasta el pueblo del Barraco.



Y la fila interminable de motos paraliza la vida del pueblo admirando tal exhibición de arte sobre ruedas.




Ahora nos toca hacer la parada para el obligado aperitivo, para refrescar el cuerpo con una cervecita SIN, y para seguir con la amena charla y las risas.





Un brindis para todos aquellos a los que nos encanta juntarnos y compartir unos kilómetros haciendo lo que más nos gusta.


No estamos lejos del lugar señalado para la parada definitiva de la comida, unas cuantas curvas más pasando Navaluenga y Burgohondo con la Sierra de Gredos como fondo incomparable.




Las motos descansan un poco achuchadas en el parking, antes de entrar al restaurante.



Por desgracia yo no pude quedarme a la comida pues tenía deberes que atender en casa, pero a la vista de las fotos que Antonio o José Pedro me han mandado no se lo pasaron nada mal.



Gracias a Victor por esta maravillosa ruta "lejos del mundanal ruido" que ha servido para juntar a un buen número de Motoristas Viajeros.

Gracias a Ian Coates por su agradable charla y lo mucho que se aprende a su lado y el honor que es rodar al lado de un VIAJERO con mayúsculas.