martes, 18 de junio de 2013

LOS VIERNES AL SOL.

Tengo el viernes libre y hace buen tiempo, son dos buenas razones para pensar en dar una vuelta en moto que me rescate de la rutina diaria.

Entre semana es difícil encontrar compañía para compartir los kilómetros de una salida en moto porque la mayoría de gente con la que salgo están trabajando, pero en esta ocasión se apuntaron Juan y Gabriel montados respectivamente en un crucero transatlántico 1200LT y en un misil tierra-tierra con carenado para viajar FJR.


Con Juan ya había salido a rodar con anterioridad pero con Gabriel era la primera vez, así que después de las presentaciones y saludos nos ponemos en marcha que el sol ya pega fuerte aunque estemos solo al comienzo de la mañana.

La primera parte de la ruta que había planeado hasta la hora de comer sería la siguiente.

Empezamos por la Ruta de las Vegas, para calentar las ruedas, (sin querer me salió un pareado) acompañados en todo momento por el río Tajuña nos da la sensación que nos refresca y no pasamos demasiado calor.

Aprovecho las pocas zonas rectas de la carretera para inmortalizar a mis compañeros de fatigas.



Ante nosotros la comodidad sobre ruedas personificada en la BMW 1200LT que lleva Juan


Y una moto con un corazón de pura sangre que permite viajar con la comodidad necesaria para no cansarse demasiado, la FJR1300 de Gabriel.


No estábamos cansados pero al medio día apetece hacer una parada para tomarnos algo fresco en la terraza de un bar.


Estamos a estas alturas en Cifuentes, aprovechando el fresco de la terraza de este bar pasamos un buen rato charlando y contando batallitas moteras.

Después de hidratarnos convenientemente volvemos a las motos porque antes de parar a comer nos queda disfrutar de un tramo espectacular para hacerlo en moto, estoy hablando de la carretera que bordea el pantano de Entrepeñas.


A lo lejos se distinguen perfectamente la silueta de Las Tetas de Viana (hablo del relieve montañoso, mal pensados) y las chimeneas de la Central Nuclear de Trillo.


Y a partir de este punto los motores empiezan a subir de vueltas y a ganar revoluciones, yo hago lo que puedo para intentar seguir a estos galgos sobre ruedas que se han soltado la melena.


Gabriel, que no conocía la carretera por la que íbamos, no lo hace nada mal.


Enlazando curvas a buen ritmo


Y contemplar a Juan mover de un lado a otro su moto es todo un espectáculo digno de ver


Esperaba ver en algún momento una estela de chispas en cada curva provocadas por el roce de las estriberas en el asfalto pero no ocurrió por escasos milímetros.


Aparte de curvas infinitas de buen asfalto, también hay paisaje digno de admirar porque con tanta lluvia el pantano de Entrepeñas está como en pocos años hemos podido ver.


Bajo estas aguas se esconde un puente de piedra que solo se puede ver cuando la sequía impone su dureza.


Con las ruedas bien calientes de tanto tumbar pero con los depósitos de gasolina más vacíos, entramos en Sacedón para repostar.
Los estragos que hemos hecho en la fauna insectívora de la zona quedan patentes en la cúpula de mi moto.


Los estómagos también hay que llenarlos y en Alcocer hacemos la parada reglamentaria para reponer fuerzas.


Con las motos bien protegidas a la sombra, nosotros a lo nuestro que ya nos está esperando el aperitivo.


Ni que decir tiene que estas cervezas junto a la bandeja de aperitivo, nos entraron tan bien en el cuerpo que nos supieron a gloria bendita.


Sentados tranquilamente en la mesa disfrutamos de la charla y de los platos que fueron pasando por ella.


Como curiosidad os tengo que contar que mientras comíamos se acerca un hombre a nuestra mesa, nos mira detenidamente a cada uno de nosotros, pasan unos segundos de sorpresa por nuestra parte y esta persona me extiende su mano y  me pregunta:
- ¿uet?
-Si
-Hola, soy Sudafricano, del foro HTC.
-Hombre, ¿que tal? 
-Voy camino a Valencia y te he reconocido.

La sorpresa dejó paso a la sonrisa y hablamos solo unos momentos porque el seguía viaje.
Conozco a Sudafricano de haberle leído en el foro pero siempre es agradable poner cara a los foreros con los que intercambias mensajes.

A la siempre repetida pregunta de: ¿Postre o café?, la indecisión se apoderó de nosotros y no hubo elección posible.



Estas caras de felicidad son totalmente falsas porque nos daba una pereza terrible volver a coger las motos para seguir la ruta que aun nos quedaba.


Dejamos el pueblo de Alcocer 


Para continuar con la segunda parte de la ruta que tenía preparada.

Subiríamos hacia el Alto Tajo para disfrutar de paisajes como estos



Para circular por lugares como estos.


Recorrer la carretera que nos lleva por la Hoz del Beteta es siempre espectacular







Los túneles escavados en la montaña son a veces más largos


Y la diversión no termina todavía pues aun nos queda pasar por el estrecho de Priego.




Y cuando el paisaje se abre y dejamos atrás la compañía de las Hoces y los Estrechos todavía nos queda una buena ración de curvas para seguir pasándolo bien.




En Sacedón nos despedimos de Juan pues para el es más corto y rápido volver a casa desde allí que desde el comienzo de la ruta.


Gabriel y yo no tenemos ninguna prisa de volver y alargamos la tarde con unos tanques de cerveza sobre la mesa.


Y contándonos viajes y futuros proyectos se nos pasó la tarde, no podíamos haber elegido un mejor sitio para terminar la jornada motera.

El regreso, de mutuo acuerdo, lo hicimos por el camino más largo, huyendo de la aburrida autovía. Disfrutando de la moto y de los últimos rayos de luz del día pero reservando cita para un próximo encuentro que no tardará mucho en llegar.

Gracias a Gabriel, dejo un  vídeo de lo que fue nuestra ruta, dicen que una imagen vale más que mil palabras y aquí está la demostración:  http://www.youtube.com/watch?v=Tdjbj2xyNl4

Hasta pronto.