viernes, 10 de julio de 2015

RUTA PARA HUIR DEL CALOR.

Lo único que tenía claro cuando cogí el mapa para buscar un lugar donde pasar el fin de semana era que el destino estaría situado de Madrid hacia el norte.

Llevamos sufriendo temperaturas propias del infierno durante semanas y el plan consistía en ir a buscar un poco el "fresco", en vez de derretirnos subidos en las motos a pleno sol.

La mañana del sábado la empleé en revisar un poco las motos: gasolina, nivel de aceite y presiones de neumáticos. Ana había preparado una pequeña bolsa con la básico para pasar una noche fuera de casa. Después de cumplir con su trabajo salimos de ruta motera "baja en calorías".

Por el camino más rápido enfilamos la A-1 Burgos y sobrellevamos lo mejor que podemos los 37-38ºC que marca el termómetro de mi Paneuropean.

En el Puerto de Somosierra, a unos 1400 metros de altura, se nota una apreciable bajada de temperatura y aprovechamos para hacer la primera parada y de paso también nos refrescarnos un poco.



Seguimos nuestra marcha dejando el sofocante calor atrás.


Hasta Aranda de Duero aguantamos la aburrida y recta autovía pero en este punto cogemos el desvío que indica Caleruega  para seguir por carreteras más entretenidas y divertidas.


Pasamos junto a campos repletos de viñedos regados por el río Duero.


Ana marca el ritmo, siempre dentro de la legalidad, así nos da tiempo a ir comentando lo bonito del paisaje a través de los intercomunicadores.


Llevaba tiempo sin hacer una ruta larga con su Bandit pero no tardó mucho en volver a sentirse bien sobre la moto.


Nos aproximamos a una zona montañosa muy bonita.


Justo delante de esta imponente pared de granito hacemos otro descanso.


Paramos las motos, guardamos los cascos en las maletas y nos preparamos para una pequeña ruta de senderismo para recorrer un estrecho paso que la erosión del río ha logrado abrir en la montaña.












En lo alto de estos empinados riscos tienen sus nidos muchos de los buitres que sobrevuelan nuestras cabezas.


Tuvimos suerte de no encontrarnos con muchos visitantes porque el camino habilitado, suspendido en la roca, es verdaderamente estrecho y hay muchos sitios en los que no pueden cruzarse dos personas.

Volvimos a las motos y atravesamos la montaña por un paso mucho menos espectacular.


Un par de curvas en bajada y ya hemos llegado a nuestro lugar de alojamiento esta noche.


Estamos en Santo Domingo de Silos y nuestro hotel es el primero que nos encontramos.


Dejamos en la habitación lo poco que traíamos  y nos ponemos algo más cómodos para dar un paseo por el pueblo, las motos ya descansan hasta mañana.


En el relajado paseo que nos damos por el pueblo no podía faltar una visita por el exterior del Monasterio


En el interior lo más llamativo es el claustro pero el horario de visitas nos rompe todo lo que tenemos preparado para mañana así que lo dejaremos para una futura visita.


El horario que siguen los monjes del Monasterio no deja lugar al aburrimiento (o si).


Santo Domingo de Silos es pequeño pero tiene muchos lugares interesantes para visitar.


El pueblo se ha contagiado de la paz y sosiego que trasmiten los cánticos gregorianos que practican los monjes del Monasterio.






No tardamos en elegir una de las muchas terrazas abiertas para sentarnos a tomar unas coca-colas, además la temperatura a estas horas de la tarde es ideal para pasar un largo rato mirando como el sol se esconde hasta mañana.



Domingo:
No nos hemos despertado a las 5:30 como los monjes, pero tampoco queremos salir muy tarde porque nos quedan muchas cosas que ver.

Empezamos con un desayuno potente sentados en la terraza del hotel.


Nos viene a visitar Koke, el perro del dueño del hotel, que nos ha cuidado las motos toda la noche y ahora quiere su premio.


Parte del camino que tenemos en nuestra ruta coincide con el camino que siguió el Cid en su destierro y así está marcado en los carteles de la carretera.


Salimos de Santo Domingo de Silos por una enrevesada carretera trazada entre montañas.





El nombre del río que llevamos a nuestro lado no tiene desperdicio."Mataviejas"


Vamos a parar a la N-234 y en San Leonardo de Yagüe tomamos un desvío para recrearnos la vista en otro bonito paraje natural.


Somos de los primeros en llegar  y aparcamos sin problemas.


Las vistas que tenemos desde el mirador de la Galiana son preciosas



"El palito de los selfies" nos viene muy bien para estos momentos.


Podemos ver con facilidad el castillo que protege la entrada al cañón y el pueblo de Ucero a sus pies. Un balcón que muchos quisiéramos tener en casa.


Volvemos a nuestras motos y en una sucesión de cuatro curvas cerradas, hemos descendido desde la altura en la que nos encontrábamos hasta el cauce por el que discurre el río Lobos.


Desde la retaguardia me encantan las panorámicas que puedo ir viendo.


Dejamos atrás las murallas de Burgo de Osma y también empezamos a dejar atrás las buenas temperaturas pues el termómetro se empieza a despertar del letargo que sufría sumando dígitos a buen ritmo.


Hacemos una parada frente a los restos de la antigua Fortaleza Califal de Gormaz con el río Duero como testigo.


La carretera que nos lleva a Atienza además de solitaria es muy ratonera y con buenas vistas de la zona.



Cualquier cosa nos sirve para hacer una parada, esta vez fue un campo de lavanda que teñía de color violeta los márgenes de la carretera.


La fortaleza de la ciudad de Atienza nos ve llegar a lo lejos.




En Cifuentes nos dieron unas ganas tremendas de meternos de cabeza en esta piscina situada en mitad del pueblo.


Pero donde verdaderamente queríamos llegar era a las cascadas de Trillo.


 El río Cifuentes justo antes de desembocar en el Tajo nos regala estas bonitas cascadas



Hay un corto paseo a ambos lados del rio que une todas las cascadas









Aprovechamos para comer en este restaurante al lado del río un rico entrecot a la parrilla y una ensaladita.


Las motos mientras recorríamos la zona nos esperaban en un buen sitio a salvo de domingueros que aparcan sus coches "de oído".


La vuelta a casa fue por Sacedon, cruzando el embalse de Entrepeñas.


Presenta un aspecto lamentable y se puede apreciar perfectamente la escasez de agua que tiene.


La última parada antes de llegar a casa la hicimos en Sacedón, en plena Plaza Mayor. A estas alturas el termómetro se había derretido junto a la moto y nos acordábamos de las buenas temperaturas que dejamos en Burgos y Soria....para que luego digan que las motos son para el verano.


Hasta pronto y saludos.