lunes, 3 de noviembre de 2014

RUTA EN BUENA COMPAÑIA.

Unos mensajes cruzados por whatsapp sirvieron para volver a quedar con dos buenos amigos, Arancha y Alberto.

Desde antes del verano han pasado varios meses sin compartir una buena ruta motera y eso teníamos que arreglarlo.

Un sábado en pleno mes de noviembre con buen tiempo no es para desaprovecharlo, así que preparé un pequeño viaje por carreteras que seguro nos iban a gustar a los cuatro.


A primera hora de la mañana y con ganas de pasar un buen día ya estamos preparados para pasarlo muy bien.


El sol engaña y las chaquetas de cordura no sobran, además estamos en plena Ruta de las Vegas y el cauce del río Tajuña mantiene la temperatura muy fresquita.

En cuanto nos apartamos de la zona de influencia del río y pasamos Sacedón la temperatura empieza a subir coincidiendo también con la hora de hacer una parada en Alcocer para tomarnos algo.

Vamos directos a Casa Goyo, cuyos alrededores estaban tomados por más moteros que habían tenido la misma idea que nosotros.


Estuvimos un buen rato sentados, charlando de las vacaciones pasadas y también de las futuras porque ya estamos buscando sitios donde ir.


Comer en Casa Goyo lo dejamos para otro día que vengamos por esta zona y tengamos el estómago muy vacío para poder con toda la cantidad de comida que suelen poner aquí.

Antes de arrancar las motos advierto a Arancha y Alberto de que ahora es cuando empieza lo bueno y para muestra un botón.


Carretera perfecta, encajonada en el cañón que forma el río Escabas a su paso.

Si exagero un poco, diría que por el retrovisor de mi moto podía ver una sonrisa de ambos mientras recorríamos esta zona que no conocían.

Seguimos trazando a buen ritmo el sinfín de curvas que tiene este tramo y como la carretera no tiene pérdida le hago una señal a Alberto para que nos pase y que Ana les pueda tomar unas fotos desde atrás.


Alberto empezó a endemoniarse cogiendo curvas y nosotros detrás intentando que no se escapara, jajajaja


Íbamos con la lengua fuera y Ana no sabía si mirar la pantalla de la cámara para encuadrar o mirar a las curvas que se nos amontonaban.


El caso es que alguna foto se puede poner de recuerdo, la mayoría salieron movidas.


Terminamos de recorrer la Hoz del Beteta y recuperamos las posiciones iniciales.


Las curvas no terminan pero va siendo hora de hacer otra parada pues es el momento de reponer fuerzas. No tenía muy claro donde podíamos parar a comer pero coincidió que pasábamos junto al Nacimiento del Río Cuervo y hay un par de restaurantes al borde de la carretera con buena pinta.

Cuando entramos en el restaurante y Ana y Arancha vieron la chimenea encendida a toda pastilla supieron inmediatamente cómo se repartirían las sillas a la hora de sentarnos a la mesa.


Comimos de maravilla y a muy buen precio, la verdad es que acertamos de lleno en la elección.

La pequeña caminata que nos separaba de ver el nacimiento del río Cuervo la dejamos para un futuro porque con el estómago lleno y vestidos de motoristas no quedan muchas ganas de hacer senderismo.


Seguimos nuestro camino en dirección a Cuenca siempre rodeados de bonitos paisajes y entretenidas carreteras.


Hacemos otra parada en la explanada que hay en el Ventano del Diablo.


Nos asomamos al balcón y podemos ver un bonito paisaje.


Por suerte aquí solo hay que recorrer unos metros a pie desde donde dejamos las motos.


Para poder ver desde el mirador esta panorámica.


Y hacernos la foto de grupo.


Nos pudimos llevar un curioso recuerdo de temporada de nuestra visita al Ventano del Diablo.


Volvemos a las motos y cruzamos la ciudad de Cuenca de punta a punta



Una última mirada a la ciudad y sus Casas Colgadas, que no "colgantes".



Solo nos quedaba el regreso que fue más rápido y directo porque con el cambio horario anochece muy temprano y la cantidad de kilómetros en nuestros culos empezaban a notarse.

Terminamos con una despedida que seguro no será por mucho tiempo porque, tanto ellos como nosotros, no dejamos que las baterías de nuestras motos se mueran durante el invierno.

Un saludo.

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